jueves, 1 de noviembre de 2007

100.

Como todos los parciales, llega ese día, el divino día anterior a mi primer exámen, el momento en que, dado que soy un ñoño, no debo tareas, he entregado cada proyecto, he participado en clases, etcétera, con notas satisfactorias. Este es el punto en que mi calificación final de cada materia ya sólo puede ser alterada por el resultado del exámen. Es en este momento cuando yo tengo la certeza de algo: PUEDO SACAR 100 DE PROMEDIO. Todo depende del esfuerzo que ponga en cada exámen.

Pues bien, ese día, ese momento, ese pensamiento llegan cada parcial y, como hoy comprobé en mi primer exámen (de estática), siempre terminan en lo mismo:

MIS BUENAS INTENCIONES MAMAN
Así de sencillo. Hoy, por ejemplo, entendía los temas, razonaba los problemas, casi me memorizo la tabla para obtener los centroides de cualquier cuerpo. Sin embargo, mi propia soberbia desmedida me llevó a tardarme demasiado en dos de los tres problemas, dejándome vulnerable al término de la clase. Al final, no resolví el último problema.
Así que, muy apreciables contertulios, n estos momentos me preparo a estudiar mate, ya más relajado honestamente, pues ya dejé de tener la presión de sacar 100 en todo.

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